21 de septiembre de 2019 19:00 h. STUTTGART. Alemania HAUS DER MUSIK IM FRUCHTKASTEN CANCIONES DE LA VIEJA EUROPA Músicas del Renacimiento
Pámpano verde de Francisco de la Torre Tant que vivray de Claudin de Sermisy Tourdion de Adrian le Roy Juz sie zmierzka de Waclaw de Szamotuly Contrapasso Nuovo de Fabritio Caroso Ik zeg
adieu Anónimo Come again de John Dowland A Robyn, gentyl Robyn de William Cornysh Galliard Orlando Gibbons The three ravens de Thomas Ravenscroft
Es hett ein bidermann ein weib de
Ludwig Senfl
Na fomte está Lianor Anónimo Spagnoletta y Cascarda de Fabritio Caroso Recuerde el alma dormida de Luis Venegas de Henestrosa (atrib) Tú gitana que adevinas Anónimo AQUEL TROVAR Delia Agúndez, canto Antonio Torralba, flautas José Ignacio Fernández, guitarra y bandurria renacentistas Daniel Sáez Conde, rabel bajo
NOTAS Puede que la música haya unido a Europa más y más temprano que la política. Siglos antes de que los gobernantes de un puñado de países en permanente conflicto ensayaran, mediante acuerdos y tratados, la construcción europea, las artes, y muy especialmente la música, habían logrado un sofisticado lenguaje común. Ganando acaso las batallas que perdían los ejércitos, los músicos de los siglos XV y XVI desarrollaron un estilo en buena medida internacional. Las voces antiguas que cantaban en inglés, español, francés, flamenco, portugués o alemán entonaban, paradójicamente, una lengua musical relativamente común. A pesar de la prosperidad de las primeras décadas del siglo XVI, con los cuatro poderosos reyes Maximiliano, Carlos, Enrique y Francisco, la Europa de los Reinos, teóricamente cohesionada por el cristianismo, no acababa de cuajar como conjunto. El lamento de Erasmo de Rotterdam seguiría pareciendo una realidad insalvable: «…vemos al francés que odia al inglés, sólo porque él es francés; el escocés al inglés, sólo porque él es escocés; el itálico al alemán; el suabo al suizo, y así todos los demás. Una región odia a otra y una ciudad a otra ciudad». Y en la perplejidad que, en grado distinto, esa constatación nos produce, así como en la búsqueda de soluciones cada vez más racionales y mejores, seguimos hoy. Por deseo de aventura y conocimiento, pero también y sobre todo como aves en busca de alimento, muchos músicos del Renacimiento viajaban de un lado para otro intentando mejorar de mecenas o patrón. Nomadismo, invasiones, dispersiones, irrupciones… son algunos de los nombres que los etólogos dan a estos movimientos con que también se dibuja la Historia. El núcleo principal de las canciones de este disco refleja esos intensos contactos migratorios que muestran los cancioneros, los tratados de danza, los libros de tecla, arpa, laúd o vihuela. Así, las canciones y aires instrumentales de nuestro primer disco han sido seleccionados en parte por dar cuenta de avatares viajeros a través de tiempos y espacios, pero también por su capacidad de ser ventanas abiertas. Abiertas cada una a su istoria, según el concepto genial de Leon Battista Alberti: «La istoria moverá el alma del observador cuando cada persona representada allí muestre claramente los motivos de su propia alma. Sucede en la naturaleza que sólo ella es capaz de ciertas cosas como ella misma; derramamos lágrimas cuando lloramos, reímos con la risa y nos afligimos con las penas». Un arte hecho a la medida inmensa del ser humano. |
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